martes, 29 de mayo de 2007

El Espejo de la Sonrisa






Erase un pueblecito en un valle rodeado de montañas. Un sitio maravilloso para vivir.

Nuestros protagonistas, eran una familia que venía de la ciudad: el papá, la mamá, la hija mayor y el hijo menor; El papá se había quedado sin trabajo en la ciudad, era profesor. Los niños tenían 9 y 6 años. El pueblo estaba muy contento conque viniera gente nueva y sobre todo niños.

En el pueblecito que se instaló nuestra familia protagonista, había una tradición, una costumbre: y era, el pasar un espejo durante un cierto tiempo, en casa de cada familia del pueblo, este espejo era especial, no cualquiera, tenia la virtud de quien se mirara en él sonreía y estuviera feliz el resto del día y no ese solo día, sino que le hacía ver la vida desde otro punto de vista más positivo. Y el tiempo, no era el mismo para todos, pues unos necesitaban más tiempo que otros para aceptar el regalo que se les hacía y que eran en verdad efectos del espejo los que les abrían los ojos hacia una comprensión más allá de lo humanamente perceptible y que hacia de sus habitantes, gentes peculiares.

El hecho es que un día, aún recién llegados y sin saber la tradición del espejo, llamaron a la puerta, el papá abrió y se encontró a una señora con un espejo enmarcado en una madera maciza de color caoba, a estilo antiguo, él extrañado y confuso no sabía que hacer, si decirle que pasase o preguntarle directamente por el espejo, pero le pareció de más educación hacerla pasar y que se explicara. Una vez termino de hablar la señora, se fue, dejando el espejo, el padre no se creyó ni media palabra, dejó el espejo encima de un mueble y se olvidó de él.

El padre tenía otras preocupaciones, como el encontrar trabajo de maestro, que es lo que mejor sabía hacer, había ido allí con la promesa de una casa y un puesto de trabajo de maestro en el colegio. La casa se la dieron, pero había pocos niños para llenar una escuela y los pocos niños que había, se iban al pueblo de al lado, así que se tubo que conformar con cuidarle el terreno a los que le habían dejado la casa arrendada.

La mamá pasó por delante del espejo, no reconoció el espejo como propio y se extrañó, lo miro atentamente y en su cara se dibujó una sonrisa, -¡qué raro!-, Hace un minuto estaba preocupada por que mi marido no encontraba trabajo y ahora sonrío delante de un espejo que no sé de donde a salido y tengo ganas de prepararles una comida especial, será para celebrar que estamos en un sitio tan bonito y rodeados de naturaleza. Cuando todos estuvieron comiendo, les pareció delicioso y al terminar la felicitaron y aplaudieron. -¡Que rico mamá!-. El marido, también, aunque más distraído y metido en sus pensamientos.

A la mañana siguiente se preparaban los niños muy temprano para coger el autobús que los dejaría en el colegio, en el pueblo que estaba a un 12 km. Entonces la niña mayor, que estaba preocupada por si la aceptarían o no y si pudiese hacer amigas, se fijó de repente en el espejo de la entrada y se encontró arreglándose el pelo y al instante sin darse cuenta se le dibujó una sonrisa en el rostro.

-¡Qué curioso, ya me siento mejor!-. Y se fue al colegio tan feliz y despreocupada por lo que pensaran de ella, que a todos les pareció muy simpática y segura de sí misma, se les acercaba y conversaban con ella amenamente, ella se sintió muy a gusto y feliz. Cuando llegó a su casa se lo contó todo a su madre, el que la habían aceptado muy bien y sus temores primeros de que la rechazaran, pero ninguna de las dos lo asociaron al espejo, ni siquiera lo podían sospechar, que algo así le pudiera ocurrir, que se produjera por efectos del espejo y no de sus propias habilidades.

Por la tarde, estaba el menor de todos jugando por la casa. Corriendo y saltando y vio el espejo y sintió curiosidad, pero no alcanzaba a él, a sí que se subió a unas cajas que había por allí, todavía sin desembalar y miró el espejo y se vio una expresión tan divertida con la cara, que se puso a hacerle muecas al espejo y ver su propio reflejo: con la lengua fuera, Arqueando las cejas y otras muecas más, pero por muchas muecas que hiciera, su expresión siempre le devolvía una sonrisa y el niño se puso a reír abiertamente de nada en especial.

Todos habían visto ya el espejo y habían experimentado que se sentía al reflejarse a través de él, aunque no lo relacionaran. Todos menos el padre, solo sabía que había sentido en su hogar un humor y felicidad de la que no se sentía participe, aunque lo achacaba a que él se sentía demasiado preocupado por su familia y el trabajo.

La mujer hablando de la mudanza, de cosas que estaba colocando, le preguntó por el espejo:

-¿Y ese espejo? No me acuerdo que fuese nuestro.

-¡y no lo es!, Me lo trajo una vecina del pueblo y me contó una curiosa costumbre que tienen aquí.

Cuando terminó de contárselo a su mujer, ésta fue relacionando los acontecimientos de esos últimos idas y mientras se iba acordando, se le iba dibujando una sonrisa, el marido la miraba y no-savia por qué se sonreía. Ella lo llevó junto al espejo, y él se miró. Entonces algo le produjo un cosquilleo que le recorrió de pies a cabeza, sin alcanzar a comprender del todo, pero que le produjo una insospechada satisfacción interior, que se reflejó en una amplia sonrisa. -¡Que curioso! Es como si de repente me sintiera con fuerzas para afrontar cualquier cosa o sentir que algo bueno ha de venir. Y de repente llamaron a la puerta. Era el profesor que daba clase en el pueblo vecino.

–Buenas noches, soy el profesor de sus hijos, ¿puedo hablar con usted?.

-Si claro pase y siéntese.

-Buenas noches. Me dijeron que el nuevo vecino que se estaba instalando era profesor y aunque en principio se pensó que eran pocos niños para dos profesores entre los dos pueblos, creo que seria conveniente hacer dos grupos por edades, se lo he propuesto a los distintos ayuntamientos y bueno venia ha ver que le parecía y si estaba dispuesto a aceptar, bueno le dejo para que hable con su familia, mañana habrá una reunión donde se tratará esto junto a otras cuestiones.

Al día siguiente cuando él se preparaba para ir a la reunión para fijar los detalles de su nuevo trabajo, su mujer se disponía también a salir cargando el espejo, para llevárselo a otros vecinos y que se beneficiaran también de su magia.


Xela

martes, 17 de abril de 2007

El Burrito Magico



Había una vez, en un bosque lejano, donde se situaba el país de las Hadas, que nadie sabe exactamente donde está, un burrito muy especial extraviado. En una noche nublada se lo encontró un granjero, que dio muchas gracias al cielo por habérselo encontrado, pues le hacía mucha falta. Lo recogió, le dio de comer, le cepillo bien y descansó en su establo.



A la mañana siguiente, su dueño lo iba pasando orgulloso por el pueblo, ya que era una gran ayuda para él y un gran regalo que le había concedido el cielo, y todos le miraban felicitándole por la suerte que había tenido. Miraban al dueño, y miraban al burro y uno a uno pensaban lo que podían conseguir teniendo un burro así.



Y cada uno pensó en lo que necesitaban: - Unos mayor ayuda para labrar su tierra. –Otros, en una lavadora, si lo vendían. Los niños lo veían como un amigo de juegos.
Lo que no sabían es que este burrito era especial y es que concedía deseos a quien lo mirara. Y todos aquellos, que por un memento soñaron y desearon en su presencia, ya se les estaba cumpliendo.



El labrador se encontró con ayuda para arar la tierra. Otros con su lavadora. Y los niños se encontraron con que venía el circo y la feria, y vinieron amigos y familiares de otros pueblos vecinos y de la ciudad. Y el pueblo se animó mucho y dieron gracias al cielo y a la providencia.




Todos estaban muy contentos, menos el burrito, que se sentía, alegre y triste a la vez, por que sabía que pronto se tendría que ir. Una noche con niebla igual de intensa de aquella noche que nuestro burrito apareció en el bosque, este desapareció, pero regaló a su dueño dos bueyes, por haber sido tan bueno con él y se fue a repartir sueños a otros lugares donde hacía falta. Y por donde pasaba iba dando felicidad y ternura.


Xela

sábado, 14 de abril de 2007

Robi (1ªParte)



Erase una vez, un libro que de repente se cayó de una estantería.

-¡Ay! Dijo un niño, llevándose la mano a la cabeza, y todas las personas que estaban cerca de él hicieron un signo, de silencio, con el dedo índice en la boca,
-¡SSS!, Estaba en una biblioteca y no se puede hablar en las bibliotecas.
-¡Pero es que me ha caído este libro en la cabeza! Protestó el niño, y todos volvieron hacer el mismo signo de silencio, con el dedo índice en la boca
-¡SSS!.
-¡Hola!, Dijo una voz, muy bajito, El niño miró hacía la voz ¡y provenía del libro!

El niño asombrado se quedó con la boca abierta, y agachándose hacía el libro, que había caído en la mesa, se dirigió a él, como para escuchar, y el libro prosiguió hablándole:

-¡oye!, ¡si, tú! ¿Sabes la historia de esta biblioteca?
-¡No! Dijo el niño. Pero ¿tú, como puedes hablar, si eres un libro?
-Eso no importa ahora, escúchame bien. Levántate despacio y dirígete a esa pared que tienes a tu izquierda y justo debajo del cuadro del quijote a la altura de tu pecho, aunque no lo veas, está el picaporte de una puerta, gíralo y se abrirá una puerta, entra y ciérrala tras de ti.

El niño incrédulo, aunque con curiosidad, por ver que ocurriría tras su acción, se dirigió al sitio indicado por el misterioso libro parlante y aunque no veía el picaporte de la susodicha puerta misteriosa, realizó la acción de girar el pomo, y ¡Zas!, se abrió, la pared, pero lo curioso, es que nadie se fijó en él, ni le echaron de menos, tras desaparecer, tras ella, pues se quedo tan invisible, la puerta tras cerrarla, como si nunca hubiera existido.

Y entonces visualizó lo que le pareció una visión increíble e Indescriptible, se abrió ante sí, un mundo lleno de luz y de color, pasillos, y estancias, estancias y más pasillos, llenos de paredes cubiertas de estantes repletos de libros.

-Pero ¿esto que es? -Dijo nuestro amigo, que creía estar alucinando, y haber perdido la perspectiva de la realidad, o soñando, o que sabía él, solo que aquello estaba fuera de toda lógica.

Y para colmo el libro que le guiaba por aquellos pasillos interminables y estancias desmesuradas, tanto en extensión, como en altura, con algunas escaleras, que se alzaban a los infinitos estantes, ya no sabía como se le presentaba, si volando unas veces, o saliéndole brazos y piernas, o una cara risueña, guiñándole un ojo, cambiaba tanto de forma, que ya no sabía a que ser le hablaba.

-¿Quien eres tú? ¿Y que es todo esto?

-Hola, me presentaré – soy el duende de los libros, pero también me puedes llamar, Robi libro duende- para servirte en esta aventura

-pero yo no quiero vivir ninguna aventura, estaba tranquilamente en la biblioteca y me has interrumpido, y metido en esta locura

-No digas eso, te puedes arrepentir de verdad y volver de inmediato a la biblioteca, sin acordarte de nada, desde el mismo instante que caí sobre ti

Y nuestro amigo se lo pensó mejor, ya que estaba allí que podía perder, pero tenía que estar alerta, con los 5 sentidos atento a cualquier acontecimiento, pues no se fiaba mucho de ese ser tan extraño,
-Un duende, ¿donde y quien ha visto alguna vez un duende?
-Esta bien te seguiré; y Robi se puso a saltar y de repente a volar, y de repente otra vez a saltar, y dar vueltas entorno a él.
-Ven, sígueme y cuidado, mira donde, pisas, porque vamos a ir por zonas que están a medio construir, aquí los duendes, trabajan sin descanso, picando y horadando la tierra, porque tras los muros de la biblioteca, parece que los libros creciera, porque aquí se guarda el gran secreto, -dijo el duende.
-Pero ¿que secreto es ese?, y ¿por qué crecen los libros?, y ¿por qué no paran de construir estancias para ellos?, si ya casi nadie lee libros, estando los ordenadores y el internet, que es más barato y llega a más gente y más rápido. –dijo el muchacho
-¡Jejeje!, has dado en la diana, por eso existe este lugar, eso forma parte del secreto, ¡jejeje! Has dado justo en la diana, volvió a repetir sin dejar de dar saltos a su alrededor el duende.
-¿Si?, pues cuéntamelo ya y no te hagas tanto el interesante
-Bien te lo contaré, ¿Tienes limpias las orejas? Y orienta bien las antenas. –dijo Robi,
-Pero ¿que es eso?, ¡yo no tengo antenas!. –dice el chico
-¡Jejeje!, ya lo sé, es para darle suspense. –dice Robi, ¿sabes de donde viene mi nombre?
-Ahora una adivinanza?
-¡Jo!, para ser un chico, tienes el humor de un viejo cascarrabias
-¡No!, solo que venga, dímelo ya.


Xela

martes, 20 de marzo de 2007

El Duende

http://rincondelashadas.webcindario.com/indexduendes.htm

Una campesina estaba sentada en una verde pradera pensando en cuentos y leyendas, y algo le hizo cosquillas en los pies, haciéndola saltar.

- ¿Quién eres? ¿Dónde estás? ¡Sal!. - Dijo la campesina.

- Soy yo, aquí debajo, tu amigo el duende.

- ¿Porqué me has hecho cosquillas?. - Dice ella.

-No hagas preguntas y corre, ve hacia allí, ¿Ves a aquel caminante?, tráelo, veamos si es amigo y que hace por aquí. Pregúntale todo lo habido

y por haber. – Dice el duende.

- Espera, parece cansado, démosle posada, que descanse y coja confianza, ya le interrogaremos después. – Dijo la campesina.

Y así lo hizo: fue hacia él y le ofreció su casa para que descansara del viaje y le contara las nuevas que había por el mundo. El caminante comió, descansó y estuvo contándole maravillosas aventuras de lejanos y hermosos lugares, describiéndoselos de una manera que ella se sentía transportada, viéndolos con la imaginación.

Y en esto que una carraspeante e insistente tos la trae de vuelta a la humilde sala de la cabaña. ¡Era el duende!, hacía señas, para que interrogara al joven caminante y viera si era de fiar y si nos podía ayudar, para eso le tenía que contar lo que aquí sucedía desde hace bastante tiempo y que nos tenía aterrorizados.

- Si estimáis vuestra vida debíais iros de aquí, pues corréis peligro. - Dijo la campesina.

- ¿Y vos?, ¡se os ve bien aquí!, No parece que tengáis intención de marchar a ninguna parte. Dijo el caminante.

-Lo haría, si no fuera porque no puedo viajar con mi padre, tan enfermo. –

-Dijo la campesina: Esta es la tierra donde nací y lo que necesitamos es a alguien que nos salve de la tiranía de quien a secuestrado a nuestra gente allá en el llano. Yo estoy a salvo aquí más apartada, pero también más aislada y no por gusto, por mandato del tirano que desterró a mi familia, junto a otras que emigraron, nosotros sabíamos que alguien vendría, me lo anuncio mi amigo el duende, con su ayuda e ido superando mi soledad y esperándote a ti. - Diciendo esto, le contó la historia:

“ No era yo más que un bebe, cuando desterraron a mi padre del valle, como ya os comenté. De un tirano, pues bien, ese tirano es un dragón, que tiene encantado a todo el valle y dispuesto a matar a quien entre.

Siendo mi padre consejero del rey, previno al rey del peligro, pues era sabio en ciencia, descubrió lo que tramaba, poniéndome a mi a salvo, puesto que mi madre murió al darme a luz.
Se bebió mi padre un antídoto contra los encantamientos del dragón y protegiéndolo de toda agresión, previno a la población y al rey, de aquel que se hacía llamar príncipe e hijo del rey, que no era más que un dragón que así había tomado forma, después de haber matado al verdadero y por medio de la magia estaba precipitando la vejez del rey para gobernar el reino tras su muerte.

Diciendo esto, mi padre, lo tomaron por loco peligroso y por consejo del falso príncipe quisieron darle muerte, pero el rey aún mandaba y habiendo sido consejero y amigo fiel, lo desterraron, con protesta del príncipe, que se conformó, por no estar todavía preparado para la rebelión.” A sí mi padre se pudo salvar.

- ¡OH!, Fantástica Historia – dijo el Joven, ¿Pero como puedo yo vengar a vuestro padre, si está la ciudad encantada?

- ¡Buena pregunta! – Dijo el duende, que hasta ahora había estado a los pies de su amiga, asintiendo a todo con la cabeza y de vez en cuando espiando y mirando al joven como se iba sorprendiendo más y más, a medida que transcurría la historia y a la vez entretenido con un cuenco de nueces que pelaba y comía, oyéndose en medio de la narración de la campesina, los crujidos de la nuez al partirse en trozos muy pequeños, pues la destrozaba.
Y hablando con el joven no dejaba de despedazar las nueces.

Si habéis escuchado bien, su padre era hombre de ciencia y todos estos años ha estado haciendo experimentos para salvar él mismo la ciudad del encantamiento, puesto que aquél inicial antídoto, solo le hizo un breve efecto, suficiente para escapar y el solo, tenía que descubrir algo más duradero y suficiente para toda la población y que se lo tomaran sin saber lo que era.

A caído enfermo de puro agotamiento, de investigar sin descanso y cuidando de una niña pequeña, hasta que he crecido y he podido ayudarle, he crecido entre tubos de ensayo y creo saber continuar su labor, pero no puedo con todo yo sola – dijo la campesina.

Hace pocas semanas, antes de ponerse tan grave, sin poder ya andar, nos reveló que ya había hallado la solución, no solo para el encantamiento, sino para la eliminación del mismísimo dragón, pero se puso a sí como lo ves, sin poder andar ni hablar y no hemos sabido más de su descubrimiento y al último que habló fue al duende en su lengua natal.

- Si, dijo el duende, me dijo que hallara a un viajante sencillo, atrevido que hubiera corrido mundo, pero sin alardear de ello, no fuera arrogante, ni altivo, un simple peregrino, eso sí, emprendedor. Y aquí está el elegido. Me dijo también que le diera tres cosas: Este frasco, para que se lo tomara él, pues le haría invisible para actuar con más eficacia; esta brocha mágica que ha de pintar bien cada puerta y ésta ballesta por último que deberá ensartar entre los dos ojos del falso príncipe, quién se convertirá al instante en dragón, pero no siendo esto suficiente, deberá acertar de nuevo con la ballesta, pero esta vez en el centro de su único ojo.

- ¡OH! Buen peregrino, empresa difícil esta que os encomendamos, ¿estaréis dispuesto a llevarla a cabo?. Os estaré eternamente agradecida. – Dijo la campesina.

- Dulce joven, depositáis en mi una gran confianza, al elegirme como salvador de vuestro pueblo y es para mi una gran responsabilidad realizar esta empresa, pero por la promesa que me hice de vencer cualquier dificultad que me encontrara por el camino, lo haré.

Diciendo esto, cogió el frasco, la brocha y la ballesta, encaminándose hacia la ciudad que se hallaba a un día de camino.

Pasado este tiempo, a las puertas de la ciudad, se tomó lo primero que le dio el duende: el frasco, al instante se hizo invisible y con la brocha pintó en la puerta grande de la ciudad un gran brochazo verde, y fue de casa en casa pintando las puertas sin que nadie acusara su presencia, hasta llegar al palacio, el cual pintó más que ninguna, con aquella esencia e hizo como en la primera, traspasarla cual espíritu y pasando unos pasillos, unas estancias, salones y habitaciones, llegó donde se hallaba el supuesto príncipe ya nombrado Rey.

La ciudad yacía como muerta, ni un ruido, nada de que diese rastro de vida alguna, pero tras el paso del peregrino, invisible como estaba, la ciudad despertó de pronto, un gran bullicio se produjo en las calles. Después de haber estado aletargada y actuando como autómatas, envenenada el alma, volvieron y tomaron conciencia de quienes eran, donde estaban y dispuestos a tomar represalias contra el dictador, se dirigieron hacia el palacio.

Mientras en el palacio, seguía con su labor, el peregrino, quien hallando dormido al falso Rey, sentado en el trono, cogió la ballesta, y con un tiro certero ensartó justo entre los ojos, formándose un gran estruendo y un gran remolino de humo entorno a sí, convirtiéndose de repente el Rey en dragón, rompiéndose la silla y cayéndose al suelo cual grande era, pegando alaridos y dando llamaradas de fuego a diestro y siniestro, sin control ninguno y como no pudo ver a nadie, pues el peregrino era invisible, se calmo partiendo en dos la flecha que tenía clavada, mirando a todos lados, en dos o tres zancadas se recorrió el palacio rompiéndolo y destrozándolo todo a su paso. Entonces se oyó el revuelo en la calle y comprendió su nuevo estado y que no se podía mostrar así a su pueblo, se retiró a las estancias más retiradas, a meditar cual sería su próximo paso.

Hallando en este punto su oportunidad, el peregrino, probó fortuna de nuevo, cogiendo su ballesta, dio un tiro certero en medio del ojo, al dragón, formándose una nube de polvo, desintegrándose definitivamente al fin. Quedando la ciudad libre de dragón y encantamientos.

Fue tal, la alegría de todos, que al desconocido peregrino, nombraron Rey, pero acordándose el peregrino de la campesina a la que se lo debía, fue en su busca, pero ya venía ella corriendo por el camino al enterarse por unos viajeros, ya que se había restablecido la ruta normal de comerciantes, sin miedo al perverso príncipe.

El peregrino dirigiéndose al pueblo y a la campesina les dijo: – No soy merecedor de la corona, lo es, el padre de la campesina, que a estado investigando todos estos años y que es un prestigioso y eminente científico, a él se le tienen que rendir todos los honores.

Y la campesina habló: –Os doy las gracias en nombre de mi padre, pero ya esta viejo y cansado, solo quiere, lo que le reste de vida, vivirlo en paz, allá en el campo.

El peregrino delegó en el pueblo y constituyeron asambleas en las que discutir y dialogar hasta llegar a consenso, a ponerse de acuerdo y gobernar ellos mismos por votación popular y a sí aprender a pensar y dirigir sus propias vidas.



El peregrino siguió su camino y contó su nueva aventura por donde iba, pero sabía que cuando se cansara de viajar tendría un sitio donde ir y acabar sus días, la casa de la campesina, que desde entonces fue su casa, pues se querían.


Xela

sábado, 17 de marzo de 2007

Ser y no Ser

Estas reflexiones pretenden ser un grito, una llamada al Hamblet actual y a su “Ser y no Ser”, que llevamos todos. Sentimientos, sensaciones y soledades. Un espejo de la sociedad de ahora, demasiado critica y competitiva, para pararse a ver dentro del ser humano.

En la sociedad de mis contemporáneos, principios del S.XXI, hay un relajo moral que trae como consecuencia, conciencias relajadas, política conservadora, pero relajada en un estatus socio-economoco medio-alto. Conveniente. Entrada de la nueva moneda “Euro”. Constancia de que la economía de nuestro país está inmersa realmente, en “Europa”. Esto nos hace una ligera idea de la realidad de la sociedad actual. Donde en la educación, los profesores se relajan, los alumnos se sobrepasan, tomando las aulas. No hay expectativas que cubrir, ni ilusiones de salvar el mundo cercano, ya lo hicieron por nosotros. Solo les preocupan: tener trabajo, dinero, cubrir “necesidades”. Aunque ha cambiado algo tras el 11-M) y las masificadas manifestaciones.

En nuestros corazones hay sentimientos de frustración, apatía. Que confluyen con los de rebeldía y dinamismo. ¿Pero hacia donde?. Siento que sin remedio se conducen al abismo de la banalidad, vulgaridad y la mediocridad. Y que el fin de permanecer en nuestras obras, no contenta a la mayoría, por lo que no las realizan y se ven abocados a la mediocridad más absoluta, quedando relegados al sudmundo del olvido, del no despertar, del no ser. Al no crear, al no llegar a hacer su obra, por la que fueron creados, esto afecta a la cadena que depende de esa obra no creada, y en ésta, al no ser, al no llegar a existir, precipita con ello, a la condición de nada, de no-existencia, a las obras, creaciones, que dependían de ésta primera creación, no creada, no existente. Y así muchas, por distintos lados de personas que tenían un fin y que al quedarse en la mediocridad de una existencia vacía de contenido, precipita con ello la cadena de creaciones que dependían de ella, quedando así el mundo incompleto y creciendo a la mitad de sus posibilidades, enriqueciéndose de la mitad de sus posibles obras que podían haber quedado para las generaciones futuras.

Éstas (las generaciones, que nos siguen) sin embargo se quedan en lo inmediato, en la satisfacción de sus placeres, en cubrir sus necesidades banales, sin visión de un más allá. Disputan guerras particulares con sus congéneres, abocados a una mediocridad en sus vidas que se escapa de nuestras manos.

Hay que sentar bases claras desde el inicio de su educación, para ello debemos tener claro de hacia donde los queremos conducir, y que es una equivocación la idea del simple conductismo, como medio de nuestra empresa, sino dejar crecer por sí mismo, creándoles expectativas, ilusiones, partiendo de sus propios intereses. Que sepan conducirse con responsabilidad por la vida, saber enfrentarse a sus miedos, darles las herramientas adecuadas para que se sirvan de ellas por sí mismos. Pero no confundirlo con la complacencia de peticiones vacías de un claro contenido, y que sepan comprender que la no-satisfacción de estas, no significa, que se les esté abandonando en la mediación y compromiso que tenemos ante ellos.

Hay otro sector que agradablemente si se preocupa y hace de su vida un ejemplo de solidaridad, entrega, dándose al mundo deprimido, consecuencia de nuestra propia destrucción y de los eventos de la naturaleza ya de por sí catastróficos. Éstos sí hacen obras que perdurarán, construyendo, enseñando a construir, educando, dando herramientas de las que servirse, pero esto es un trabajo inútil sino soslayamos, dinamitamos las conciencias putrefactas de nuestros congéneres y concienciar de que hay que construir desde nuestros corazones, crear una nueva dimensión y percepción de la realidad, pero es difícil. Abría que empezar, por que el primer mundo se repartiera por el segundo y tercer mundo repartiendo, dividiendo, enseñando, pero respetando culturas.

En un cierto sentido se está haciendo, pero al revés, precipitados por la miseria y promesa de un mundo mejor se aventuran a cruzar con “pateras” arriesgando sus vidas, y de otros lugares, del este, abocados a subsistir de mala manera, entre nosotros. ¡Dejémosles vivir en paz entre nosotros!. Esto está trayendo como consecuencia división de opiniones, diversidad de culturas, enfrentamientos, población marginal, devaluación del suelo, conflictos en el trabajo, etc. Debería ser un enriquecimiento, pero está abocado a una destrucción o a entendernos y diluirse entre nosotros. Constituyéndose "guetos".

Sobre la base de los últimos acontecimientos del 11-M. Y del cambio de gobierno. No se puede decir lo mismo y hay que estar más alerta que nunca a estos nuevos tiempos de incertidumbre y que está más presente que nunca el “Efecto Mariposa”. Ya que estamos en una época global, en que los medios audiovisuales, ya desde hace tiempo, pero ahora más que nunca acaparan e influyen en todos los sectores, sobre todo en la política. Manipulan y ejercen una nefasta función, no de mediación, ni información como debieran. Hoy hay una verdadera revolución mediatiza y también se está viendo la necesidad de una regulación para que halla un rigor informativo, aunque eso hoy por hoy no la habrá ni a corto ni medio plazo

Xela

jueves, 15 de marzo de 2007

Efecto Mariposa

En la teoría del caos. Concepto filosófico: Los efectos de van y ven que producimos para bien o para mal, tanto en las personas, como en el ambiente.
Dentro de la globalización: Un pequeño acontecimiento en una parte del mundo, puede acontecer una catástrofe en el otro extremo.

Todos morimos un poco cada día, pero ¿Quién es testigo de su propia muerte?, ¿Quién sabiendo que el camino que está tomando es erróneo lo toma a pesar de ello? Y luego nos preguntamos por qué no retrocedimos a tiempo, pero, ¿si es el correcto y por no tomarlo se convierte en erróneo?, ¿Cómo saberlo?.

Voy a una muerte segura por vivir esta experiencia, es mayor el deseo del hecho, aunque vaya abocado al fracaso, que el abortar la acción por miedo a este fracaso.

En tomar la decisión está el verdadero problema, en que la decisión que tomemos (la conclusión de esta “muerte”, de este momento pasará y llegará otro que tendrá relación con este o no, y de este modo morimos un poco cada día, y al hacerlo vamos dejando pedazos de nosotros esparcidos por todas partes y que recoge la gente de nuestro entorno y nos sentimos responsables de lo que nuestros actos influyen y repercuten en sus vidas y ¿Cómo no cargar con semejante responsabilidad?. ¿Cómo no dejar huella en otros y evitar sentirnos responsables?. ¿Cómo no precipitarnos a esa muerte diaria?. Debíamos ser y sentirnos invisibles y aún así siempre hay alguien que no escapa a ese roce y como consecuencia a dejarle marcado de alguna manera.

La respuesta está en el aborto de la idea incluso de la percepción de la idea, pero eso es tanto como no nacer, como no llegar a existir por miedo a vivir y morir, desde el momento mismo en que piensas en concebir, estás influyendo en como será, solo por el mero hecho de quién sea la otra parte copartícipe, y en el momento de tu vida personal en que te encuentres, ahí estas decidiendo como será antes de nacer, estarás participando en su muerte. ¿Cómo evitar la muerte de un inocente no nacido?, ¿Cómo evitar sentirte responsable de cómo sea y se conduzca en la vida, solo hay una respuesta, que no sea concebido, pero, ¿de qué estás privando al mundo con esa no concepción?, ¿No podrás evitar sentirte responsable de eso también?.( De nuevo el Efecto Mariposa) está ahí presente en nuestra vida, ¿Que es mejor?, ¿Que se debe hacer?.

Tan difícil es sentirse responsable de las propias decisiones que tomas, como de decidirte a ejecutarlas, a materializarlas, es el conflicto mismo de la propia existencias, ser o no ser. Vivir o dejarte llevar por la vida, pero como evitar hacer daño a otros.
Es fácil decir: - ¡voy hacer esto!, pero también difícil. Cuando no haces algo, a cuanta gente dejas de conocer o de no encontrarte, y como consecuencia no vives, ni aprendes, ni te dañan sus experiencias. Pero y por el contrario cuantas experiencias nuevas buenas te pierdes de disfrutar.

Xela

miércoles, 14 de marzo de 2007

El Aprendiz de Brujo

Erase una vez, una madre que tenía un hijo que se llamaba Periquín, niño muy aplicado al estudio. Y un día le dijo su madre:

-Hijo mío, deseo que estudies una carrera para que seas un hombre útil. ¿Qué carrera quieres estudiar?

-La magia negra.

Entonces la madre preguntó a un maestro de magia si quería enseñar a su hijo.

-Sí -contestó el maestro-, pero con una condición.

-¿Cuál es?

-Que al cabo de un año tiene que venir a ver a su hijo, y si no lo reconoce, me quedo con él para siempre.

-Conforme.

Cuando se iba acercando la fecha convenida, Periquín se convirtió en un palomo, salió de casa del maestro sin que nadie lo viera, y fue a decirle a su madre:

-Ya está próximo el día en que usted tiene que ir a reconocerme. Ese día el maestro nos va a transformar a todos los estudiantes en palomos.

Después echará maíz en el suelo para que lo comamos; pero yo, en vez de comer, me entretendré en saltar por encima de mis compañeros. Y cuando el maestro le pregunte a usted que si me reconoce, diga que sí, que soy el que está dando saltos.

Fue la madre a casa del maestro y éste le llevó adonde estaban los palomos y le dijo:

-Uno de estos palomos es el hijo de usted, ¿Lo reconoce?

-Sí, es aquel que tanto salta. Y digo que es aquél, porque cuando era rapaz todo su afán era saltar por encima de sus iguales.

-Acertó usted, señora. Puede usted llevarse a su hijo, que ya sabe más magia que yo.

Periquín al marcharse con su madre, se llevó consigo el mejor libro de magia que tenía el maestro. Y cuando Periquín se vio en su casa, dijo:

-Madre con mi magia haré el bien y ya no habrá más miserias, ni pobres en el mundo, y me convertiré en seres fantásticos y animales preciosos llenos de colores, y le contaré mil cuentos a todos los niños, y volaré por todos los lugares conociendolos y aprendiendo de su cultura. Gracias madre, por darme unos estudios, y hacerme un hombre de provecho.

La madre estaba conmovida por sus palabras y solo hacia llorar y llorar, no podía evitar que por sus ojos brotaran tantas lágrimas, pero se asombró que al caer al suelo éstas se convirtieran en flores, y supo que era obra de su hijo, y por esto no podía parar de llorar.

-Madre, antes de irme por esos Lugares, te dejaré acomodada en una buena casa, con vistas y una buena chimenea que te caliente, y con una buena compañía. Sé que le hubiera gustado tener más hijos, y que uno fuera una niña a la que pudiera mimar y hacerle preciosos vestidos, peinar, y charlar.

Y viajó a Londres, a París a New York, Italia, y Asia. Y en Asia al igual que en los demás lugares, tenían su zona turística, y su zona o barrios con las miserias que nos acompañan diariamente en nuestras vidas.

En Asia, encontró un orfanato, y en él una niña, una niña que al igual que los otros niños, se le quedaban mirando, con grandes ojos rasgados, cuando contaba sus fantásticos cuentos, y los ilustraba, con hermosos dibujos llenos de luz y de color. Y Periquín, se quería llevar a todos los niños, y hacer una casa preciosa para ellos, y vio que podía, que gracias a su magia, les podía dar el hogar deseado, con maestros buenos, llenos de sabiduría y bondad, y padres y familias amorosas y responsables, sabiéndolos llenar de amor, es todo lo que quería Periquín, un mundo justo e igual para todos.

Y le preguntó a esa niña de grandes ojos, si quería acompañarla, al hogar de su madre, que vivía sola, y aunque anciana era muy sabia, y amorosa, y tambien sabía contar cuentos, pues es la que le enseño a él. La niña, dándole un beso en la mejilla, le respondió que sí, que encantada, que sería su abuela, y Periquín se rió, llenándosele los ojos de lágrimas, y vio que al caer al suelo se convertían en flores y llenó el colegio de flores y árboles, para que los niños treparan por ellos y jugaran, y vio que cuando se alejaba, con la niña de la mano, las copas de los árboles se llenaron de niños, saludando con la mano.

Para que se hiciera más ameno y agradable la vuelta a casa de su madre, se convirtió en un pájaro espectacular, lleno de vivos colores, y subido en él la niña, que no paraba de sonreír, y alzar los brazos a modo de alas, y al final del camino, convirtió a la niña en una paloma blanca entrando por la ventana, en el hogar de la madre, y Periquín se la presentó.

- Madre, ésta es Rosa, y quiere quedarse aquí contigo, la madre la vio, le sonrió, y lloró abrazándola, y la habitación se llenó de flores.

Xela