lunes, 14 de enero de 2008

El Joyero Magico



Era sé que se era, una niña de cinco años, y un mueblecito de tres cajones, éste era el juguete favorito de la niña, donde guardaba sus joyitas.

Sabía que era diferente de los demás niños, era porque tenía un secreto con su juguete. ¿Os preguntareis como se puede tener un secreteo con un juguete?, ¡Pues era sencillo!, Porque este le hablaba, le hacía viajar a lugares increíbles y jugar al escondite con sus cosas y hacerle trucos de magia a sus amigos. ¿-¡Cómo, podía hacer esto?. ¡Era fácil!, Este, ¡era mágico!.

Al principio, la niña no sabía nada, le encantó cuando se lo regalaron. Era pequeño, lo podía poner encima de su mesita de noche y así lo tenía cerca de la cama, para que a la hora de dormir, guardar sus joyas, y así lo hizo. Esa noche las guardo en el cajón de arriba, y a la mañana siguiente va a mirar y ya no estaban allí, entonces abre los otros dos cajones, primero el de en medio y luego el de abajo, y por fin en este estaba, pero ella se acordaba perfectamente de haberlo puesto en el de arriba y empezó a pensar que algo le pasaba al joyero. Fue entonces cuando empezó a dormir con un ojo abierto y el otro cerrado, para ver si descubría su secreto, pero no había forma, acababa por vencerle el sueño y por la mañana otra vez igual, el joyero parecía que estaba vivo y quisiera jugar con ella: O las cambiaba de lugar, o se las desaparecía hasta el día siguiente.

No esperando más se lo dijo a su madre:
- ¡Mamá, mamá, ven y mira el joyero, es mágico!. Y la madre llegó donde la niña y dijo:
- Pero nena, que dices, como va a ser mágico. Y la niña presurosa le contó todo lo que había hecho el joyero, pero a los cinco años de la niña, para la madre, en la mente de la niña se mezclaban fantasía y realidad.

La niña sabía que la madre no se estaba creyendo nada de lo que le contaba, y le dijo: - Mamá, dame tu anillo y lo guardamos aquí y vemos lo que pasa mañana, entonces la madre miró a la niña y sin saber porque lo hizo. Era ya la hora de acostarse, pero a la niña le costaba dormir, miraba de reojo a la cajita por si hacía de las suyas, pero nada, y ya se quedó “roque”, dormida del todo. A la mañana siguiente, la madre estaba preparando el desayuno, cuando la niña bajo por las escaleras, dijo:

-Mamá, no ves como era cierto, mira ya no está tu anillo y yo no lo he cogido, pero no te preocupes que mañana aparecerá, él solo quiere jugar. Y así fue, a la mañana siguiente apareció. La madre no se lo creía y la niña iba saltando y dando vueltas alrededor de la madre canturreando ha aparecido, tengo un joyero mágico y el anillo ha aparecido. La mamá le dijo:
- ¡Valla! Nenita, ¡es verdad!. Es un joyero mágico, guardalo como un tesoro.
- ¡Sí mamá! Dijo la niña.

Y desde entonces juega con él, le gasta bromas a sus amigos, les hace trucos de magia: Los invita a cumpleaños, y con la varita dándole a la cajita dice unas palabras mágicas, y ¡Ale Job!, Desaparece lo que hallan guardado. Dice otras palabras mágicas y ¡Ale Job!, Vuelve a aparecer, y así hace creer a los niños que es muy buena haciendo trucos de magia, y se lo pasa muy bien todos los niños con su amiga.

Colorín colorado este cuento sé a acabado


Xela