La caída de los gigantes sumerge al lector en una historia cargada de épica. Ésta primera novela, que forma parte de una trilogía, sigue los destinos de cinco familias diferentes a lo largo y ancho del mundo. Desde América a Alemania, Rusia, Inglaterra y Gales, Follet sigue la evolución de sus personajes a través de la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa y las primeras luchas por los derechos de la mujer.
Como siempre, Follet pone un especial interés por su tierra natal, Gales, al comenzar con la historia de Billy Williams, un sencillo minero; en América encontramos a Gus Dewar, un estudiante de derecho con el corazón partido por un desengaño amoroso. En Rusia, dos hermanos huérfanos, Grigori y Lev se ven en medio de una revolución que trastoca sus vidas y acaba por separar sus caminos. Como nudo entre las historias encontramos a la hermana de Williams, quien trabaja en Inglaterra como ama de llaves de Lady Fitzherbert, enamorada de un espía alemán, Walter von Ulrich.
Poco a poco estos personajes irán encontrándose a medida que la inmensa maquinaria creada por Follet avance, tan deprisa y violenta como el principio del siglo XX en el que se ven inmersos.
En los siguientes volúmenes de la trilogía, Follet seguirá con las mismas familias, creando un gran texto generacional con el que escribir y retratar uno de los siglos más terribles y maravillosos de la historia de la humanidad.
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Este libro me lo han regalado por mi cumleaños
El Universo es tan inconmensurable, tan inabarcable, tan espectacularmente bello…Que no nos damos cuenta del regalo que es la Naturaleza…La vida…Nosotros somos tan pequeños…Nuestro tiempo tan ínfimo…
Mientras hacemos proyectos, pasa la vida…Nuestro tiempo es limitado en este infinitesimal segundo en que transcurre nuestra vida, nuestro tiempo en el mundo, comparado con el del universo y su infinito tiempo. Estamos atrapados en nuestros cuerpos, limitados en nuestras mentes, limitados en nuestro lenguaje limitado…Pero eso no nos debe parar, para que en la medida de nuestras posibilidades, podamos preservarlo, cuidarlo, mantener una ínfima parte de lo que la vida nos regaló. Es tan pequeña nuestra huella en el mundo y a la vez, a veces, tan devastadora…
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